Tomado como normal y hasta glorificado, el abuso de todo tipo ha sido parte del deporte desde los comienzos, corriendo el límite del comportamiento apropiado y alejándolo de lo que es típicamente aceptable en una sociedad normal. Las investigaciones apoyan este fenómeno y sugieren que el abuso se manifiesta de manera diferente según los contextos. Además, lo que constituye abuso en una comunidad, puede no ser tomado como abuso en otra.  Con los contextos que son drásticamente diferentes en los deportes (del boxeo al remo) y dentro del deporte (de los jóvenes a los de elite), existe una necesidad, según algunas opiniones, de alinear un límite apropiado de comportamiento y comprender mejor cómo el medio ambiente del deporte perpetúa las interacciones nocivas. Haciendo un diagnóstico de cómo un medio ambiente específico perpetúa el riesgo de abuso, no solo es posible identificar dónde porqué y cómo se incrementa el riesgo, sino que conduce a mantener una conversación informada, focalizada y personalizada sobre cómo responder de forma efectiva.

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Créditos por la foto: Comité Olímpico Internacional